mundo cubierta.jpg (12264 bytes) Un mundo sin sol. La salud de los trabajadores de las minas de Almadén, 1750-1900

Editorial Universidad de Granada / Universidad de Castilla-La Mancha         

Biblioteca Chronica Nova de Estudios Históricos, nº 43, 1996, 318 pp.

ISBN: 84-338-2226-8

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SUMARIO

Relación de abreviaturas utilizadas

1. INTRODUCCIÓN

2. LA PRODUCCIÓN DE MERCURIO EN LAS MINAS DE ALMADÉN

2.1. El mercurio de Almadén y su importancia económica en el mundo moderno y contemporáneo

2.2. El establecimiento minero de Almadén

2.3. El proceso productivo del mercurio

2.4. La fuerza de trabajo de las Minas

3. LOS RIESGOS OCUPACIONALES DE LAS MINAS DE ALMADÉN

3.1. El conocimiento antiguo de los riesgos ocupacionales de la extracción del mercurio

3.2. La literatura sobre aspectos sanitarios del trabajo en Almadén, 1755-1924

3.3. Catálogo de riesgos ocupacionales del proceso productivo del mercurio

4. "AZOGAMIENTO" Y "DESGRACIAS": LOS EFECTOS ORGÁNICOS DEL TRABAJO EN LAS MINAS DE ALMADÉN

4.1. La intoxicación mercurial

4.2. La siniestralidad en las Minas de Almadén

4.3. La patología respiratoria

4.4. La morbilidad palúdica

4.5. La conservación de la salud de los mineros

5. LA RESPUESTA ASISTENCIAL: EL REAL HOSPITAL DE MINEROS DE ALMADÉN, 1752-1898

5.1. Antecedentes asistenciales en las Minas de Almadén, 1550-1750

5.2. La fundación y construcción del Real Hospital de Mineros, 1752-1774

5.3. El florecimiento asistencial del Real Hospital de Mineros, 1778-1808

5.4. El inicio del declive: La dependencia económica de los presupuestos del Establecimiento minero

5.5. La reducción de las funciones asistenciales

5.6. La transformación asilar del Hospital de Mineros

6. BIBLIOGRAFÍA

ÍNDICE DE TABLAS

ÍNDICE DE GRÁFICOS

ÍNDICE DE ILUSTRACIONES

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Introducción

«No tiene [la atmósfera mineral] más aromas que los fétidos sudores de los mineros, los corrompidos olores de légamos, el terrible fetor del azufre y cuanto arroja de sí toda la mina. No hay en el mundo subterráneo nuestro más flores que las piedras minerales, ni más suavidades que el olor de la pólvora, el de las pavesas de los candiles, el de los lodos corrompidos, el vapor del azufre y el de los demás minerales ... No le baña a este mundo subterráneo ni la luz ni el calor del sol, de la luna ni de las estrellas. Este es mundo sin sol».

PARÉS Y FRANQUÉS, José (1778). Catástrofe morboso de las minas mercuriales de la villa de Almadén del Azogue, ... ms., fols. 124 v.-125.

 

«Almadén. Mina de azogue en Andalucía, España, que todos los años produce al Rey cerca de dos millones de libras, y la pérdida de muchos hombres».

DIDEROT & D'ALEMBERT (1765). Encyclopédie, ou dictionnaire raisonné... Paris, vol. 10, p. 528.

Las citas que prologan esta monografía proporcionan un primer marco donde referir la apasionante realidad de las minas de mercurio de Almadén (Ciudad Real) en el siglo XVIII. Pocas veces un proceso productivo y una explotación ilustran tan vívidamente los conflictos inherentes a toda actividad laboral.

La base de esta secular ejemplificación reside en dos particularidades destacadas del Establecimiento de Almadén. En primer lugar, su significación económica. El papel clave desempeñado por el azogue para la extracción de la plata americana hizo de Almadén una de las joyas más preciadas de la economía colonial española. Una vez desaparecido el dominio colonial, la producción de Almadén adquirió el papel de garante de diversas operaciones financieras de la Hacienda Pública. Participaciones posibles, a la postre, gracias a su temprana adscripción a la Corona española. En segundo lugar, el trabajo en las Minas de Almadén estuvo inextricablemente marcado por su carácter nocivo para la salud. La práctica totalidad de las tareas que componían el proceso de obtención del azogue incorporaban riesgos para los operarios. La amplitud y gravedad de los problemas de salud ocasionados por el trabajo en las Minas trascendió la problemática individual de cada minero. Las elevadas tasas de incapacitación entre los operarios fueron las responsables de la constricción de la oferta de fuerza de trabajo y, en definitiva, de la recurrente carestía de mano de obra que padeció el Establecimiento hasta mediados del siglo XIX.

Esta monografía pretende contribuir a la interpretación de las relaciones trabajo-salud-enfermedad-asistencia en un preciso contexto social y económico: las Minas de Almadén entre el reformismo ilustrado y el liberalismo económico y social. Una contribución que descansa en dos pilares básicos: el estudio de los factores específicos de deterioro de la fuerza de trabajo y sus efectos sobre el mercado laboral de las Minas, así como la reconstrucción de la intervención médica y su papel en la recuperación de la fuerza de trabajo.

Este acercamiento es tributario de los planteamientos de la historia social y de sus recursos metodológicos. Recursos que incorporan, junto a las técnicas de trabajo clásicas de la historiografía tradicional, otras procedentes de las ciencias sociales, la demografía histórica o la historia económica. Un abordaje que, en línea con las propuestas programáticas enunciadas por Rosen, y fructíferamente desarrolladas por Labisch o Rosner y Markowitz (1), obliga a interpretar en simbiosis el material económico-laboral y las tradicionales fuentes médicas. Entre éstas, destacan algunas de marcada originalidad y precocidad en nuestro país, como los testimonios de López de Arévalo y José Parés y Franqués, ambos médicos del Establecimiento durante el siglo XVIII. La explotación y sus efectos morbosos trascendieron a un amplio grupo de observadores no médicos, cuyos informes y memorias también he analizado en detalle. Sin embargo, es la disponibilidad de un abundante material de archivo generado por la actividad sanitaria y económico-administrativa del Establecimiento a lo largo de los últimos cinco siglos lo que convierte a Almadén en objeto ideal de investigación (2). El estudio de este rico material presenta algunas disparidades. Así, por ejemplo, la reconstrucción de los registros asistenciales de siglo y cuarto de funcionamiento del Hospital de Mineros constrasta con la parquedad de datos acerca de la caracterización social y patológica de los pacientes atendidos en el nosocomio. La ausencia de registros médicos en sentido estricto, tales como historiales de pacientes, reduce el conocimiento de los diagnósticos de ingreso a los pocos libros de admisión del centro en que quedaron anotados tales datos.

El clásico trabajo de Erna Lesky dedicado a las Minas de mercurio de Idria contribuyó significativamente al enfoque de mi acercamiento (3). Mi trabajo se ha beneficiado, igualmente, de los llevados a cabo por Dobado González sobre los factores determinantes de la relación salarial en Almadén en el periodo 1750-1850. Dobado González ha analizado las implicaciones de la insalubridad del proceso de obtención del azogue sobre la prestación del trabajo de los mineros, señalando la íntima relación entre este hecho y buena parte de las especificidades observadas en las relaciones laborales de las Minas. A él debemos también, un primer acercamiento al papel de la asistencia sanitaria en las Minas, conceptuada desde su punto de vista como un mecanismo reproductivo de la fuerza de trabajo (4).

El incremento de los requerimientos laborales, resultado del efecto limitante de la capacidad productiva ejercido por la enfermedad y de la pérdida de efectivos ocasionada por la siniestralidad, fue la espoleta de la decidida intervención de los responsables del Establecimiento en el mercado laboral. En el marco de las concepciones vigentes en el siglo XVIII —que identificaban el bienestar de la sociedad con el poder y riqueza del reino y, en última instancia, de su monarca absoluto— los responsables de Almadén urdieron un amplio conjunto de medidas. Por un lado, ejecutaron una política poblacionista destinada a ampliar la base demográfica de donde se nutría el principal componente laboral de las Minas. De otro, instauraron medidas de corte conservacionista, que perseguían limitar el grado de deterioro orgánico de los trabajadores y posibilitar su recuperación para el proceso productivo.

Una intervención, en todo caso, que suponía optar por la asunción de importantes costes sociales y económicos derivados de la insalubridad del trabajo en lugar de atenuar los riesgos ocupacionales mediante la introducción de modificaciones técnicas disponibles. Como ha señalado Dobado González, la confianza en la riqueza ilimitada de los criaderos y la poca importancia otorgada al incremento de los costes de producción por debajo de un cierto nivel en el marco de las relaciones coloniales son elementos que ayudarían a explicar la secular opción de los dirigentes del Establecimiento (5). Rota la dependencia colonial, este modelo de gestión de los riesgos laborales perdió su vigencia.

El recurso a la asistencia sanitaria jugó un papel clave en la estrategia reproductiva de las Minas. El hospital, fundado en 1752, fue concebido como un espacio asistencial destinado a los trabajadores de las Minas y sus familiares. Desde su puesta en marcha en 1774, no sólo capitalizó los ciudados sanitarios sino que fue el núcleo en torno al que se articularon actuaciones diversas, igualmente orientadas a la recuperación de la salud de los trabajadores de las Minas.

Ciertamente, la dotación de recursos asistenciales en centros productivos no es una medida originaria del siglo XVIII ni privativa de Almadén. Sin ánimo de exclusividad, desde el Hospital de Laborantes de San Lorenzo del Escorial al hospital de Guadalcanal, pasando por numerosas fundaciones americanas desde Potosí a Huancavélica, se abre un amplio abanico de espacios y fórmulas asistenciales auspiciados por la Corona española desde el siglo XVI y destinados a paliar los efectos del trabajo sobre los operarios (6). En el propio caso de Almadén, las primeras medidas de corte asistencial se remontan a mediados del siglo XVI, directamente ligadas al creciente protagonismo que la invención del método de patio otorgó al mercurio. La contratación de diversos sanitarios (médicos, cirujanos y boticarios), la creación de pequeños espacios asistenciales y la transferencia de recursos económicos a los trabajadores inhabilitados fueron, a escala desigual, los medidas básicas adoptadas.

Sin embargo, en mi opinión, hay dos elementos que permitirían tildar al Real Hospital de Mineros de Almadén de institución novedosa en el panorama dieciochesco español. En primer lugar, su plena incardinación en una política más amplia de corte reproductivo. Los responsables del Establecimiento apostaron decididamente por la asistencia sanitaria como uno de los mecanismos de recuperación de la fuerza de trabajo. Una asistencia que estuvo tutelada y ejercida por profesionales sanitarios. La intervención de los facultativos del hospital se extendió a la regulación y control de otras medidas reproductivas de importante calado como la rotación de los trabajadores en los diversos destinos.

En segundo lugar, y mostrando una sintonía plena con los postulados asistenciales de las doctrinas mercantilistas, el hospital almadenense se configuró desde sus comienzos como un lugar de enfermos. El carácter selectivo del acceso de los pacientes —en este caso ligado a su contribución real o potencial al mercado laboral de las Minas—, la presencia permanente de profesionales sanitarios y la propia vinculación del nosocomio y de los cuidados médicoquirúrgicos y generales administrados con la consecución de una pronta recuperación de niveles de salud de los pacientes compatibles con su vuelta a los trabajos, son rasgos que ilustran un considerable nivel de medicalización (7). Rasgos que alejan al hospital de Almadén de otros centros asistenciales de corte tradicional ligados a espacios productivos (8).

Las limitaciones económicas del nosocomio y, muy especialmente, la pérdida de vigencia del cometido reproductivo —una vez desaparecidas las necesidades de mano de obra a mediados del siglo XIX— truncaron el proceso de medicalización del hospital. El pensamiento económico y social del liberalismo, contrario al mantenimiento de las relaciones paternales entre la Corona y sus súbditos propias de la Ilustración, avalaron un cambio exigido también por la propia situación creada a mediados del siglo XIX en el mercado mundial del azogue. La preocupación por la reducción de los costes de producción, de la mano del ascenso social de los ingenieros de minas, condujo al intento de marginación del anterior modelo asistencial, sustituido por mejoras técnicas en el ámbito de la producción y de la terapéutica. Desde comienzos de los años sesenta de la centuria decimonómica, se instauró un procedimiento terapéutico resolutivo contra el hidrargirismo administrado de forma ambulatoria que redujo aún más los cometidos asistenciales del nosocomio. En fechas similares, las transformaciones del mercado laboral obligaron a la introducción de pautas de reparto de trabajo donde antaño primaba la carestía. La disminución de los niveles de exposición al ambiente tóxico derivada de las nuevas pautas laborales provocó un descenso de las tasas de morbilidad profesional. A finales del siglo XIX, producto de la confluencia de los anteriores factores, el hospital quedó convertido en un centro de corte asilar que acogía en sus salas a un reducido número de enfermos crónicos e incurables.

El desmantelamiento asistencial es, pues, la otra cara de un modelo que comparte una concepción claramente utilitarista de los recursos asistenciales sanitarios. Así, la existencia y evolución histórica del hospital y de los otros mecanismos asistenciales de las Minas aparecen claramente ligados a los requerimientos del mercado laboral. Frente a éstos, las consideraciones médicas y los tardíos cambios tecnológicos que posibilitaron una reducción de los niveles de riesgo del proceso productivo apenas parecen desempeñar un papel subsidiario.

NOTAS

1. ROSEN, G. (1937); LABISCH, A. (1985); ROSNER, D.; MARKOWITZ, G. (1991).arrowup.gif (1910 bytes)

2. El grueso de la documentación administrativa y asistencial de las Minas y del Hospital de Mineros durante los siglos XVIII y XIX se conserva en el Archivo Histórico Nacional de Madrid, sección de Fondos Contemporáneos, bajo la denominación de "Minas de Almadén". El Archivo de la Mina, el General de Simancas, el del Ministerio de Hacienda, el Archivo General de la Administración en Alcalá de Henares y el General de Indias en Sevilla conservan, así mismo, fondos de interés. Un último fondo de especial trascendencia por su contenido sanitario es el depositado en el Departamento de Historia de la Economía de la Universidad Complutense de Madrid.arrowup.gif (1910 bytes)

3. LESKY, E. (1956).arrowup.gif (1910 bytes)

4. DOBADO GONZÁLEZ, R. (1982), (1984) y (1989).arrowup.gif (1910 bytes)

5. DOBADO GONZÁLEZ, R. (1989) p. 313.arrowup.gif (1910 bytes)

6. Véanse MAGANTO PAVÓN, E. (1992); GOODMAN, D. (1990) pp. 234-242; BAKEWELL, P. (1989) pp. 178-181; SALA CATALÁ, J. (1987); LOHMANN VILLENA, G. (1949).arrowup.gif (1910 bytes)

7. KEEL, O. (1985) pp. 213-217; VALENZUELA CANDELARIO, J.; RODRÍGUEZ OCAÑA, E. (1993) p. 110. arrowup.gif (1910 bytes)

8. Véase, por ejemplo, la mención que dedica IMHOF, A.E. (1977) p. 144, a las funciones desarrolladas por el hospital de la ciudad minera de Kongsberg (Noruega) en el siglo XVIII.arrowup.gif (1910 bytes)

Citación: Menéndez Navarro, Alfredo. Introducción. In: Un mundo sin sol. La salud de los trabajadores de las minas de Almadén, 1750-1900, Granada, Universidad de Granada, Universidad de Castilla-La Mancha, 1996, pp. 13-18

.© ALFREDO MENÉNDEZ NAVARRO

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Reseñas

Enrique Perdiguero Gil. Boletín de la Asociación de Demografía Histórica, 1996, 14 (2), 206-208.

Juan Luis Carrillo Martos. Dynamis, 1997, 17, 518-521.

Alberto Gomis. Llull, 1997, 20 (n. 38), 355-356.

Miguel Molina Martínez. Chronica Nova, 1997, 24, 383-384.

Christopher Abel. Social History of Medicine, 1998, 11 (1), 149-150.

José Luis Peset. Reseña ensayo: En el camino de los astros. Asclepio, 1998, 50 (1), 255-258.

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